sábado, 8 de diciembre de 2012


Noviembre 11 de 2012

Silencio en el aire

Jaime Londoño

Se hacía un largo lago de fiesta en la tarde mientras las caravanas de voces traían historias de momentos felices. Y así como caen las gotas sobre los sonidos del piano cuando habla bajo los dedos, fueron llegando los talleristas con sus poemas escritos durante la semana. Algo debieron intuir los cantantes que se ubican en las esquinas del parque para vivir de sus tonadas los domingos, curiosamente no vino ninguno, como si hubiesen intuido que hoy les tocaba a los poetas entonar un canto misterioso.

Bajo los árboles y con amenaza de lluvia el taller lo inicia Estela con un poema que nos causó gracia por la manera de experimentar lo cotidiano mediante juegos en los versos. José Luis nos sorprendió con las adivinanzas poéticas: la vez pasada la sombra hizo presencia, el de hoy se los dejo a la interpretación de ustedes. Daniela nos leyó un poema que abre las puertas a los otros universos que nos rondan. Adrián nos trajo voces desde la India que nos sorprendieron por la sencillez con las que construyó las imágenes. Quienes no trajeron algo escrito compartieron alguna experiencia poética. Estas historias también enriquecen la sensibilidad.

Tras los desplumes para la sopa poética leímos el poema número XV del libro Traduit de la Nuit del poeta malgache Jean Joseph Rabearivelo. Los poemas que seleccionamos del ejercicio y los que comento los pueden ver a continuación.

XV

No te engañes,
tú que pareces un pajarillo
extraviado en el bosque nevado que se extiende
hasta el pecho de Tagore,
de Whitman y de Jammes,
cuyas obras reemplazan la cruz sobre tu cama,
pues no es la vejez del mundo
ni la del día varias veces milenario
la que se acaricia aquí la barba blanca
y espesa como el olvido,
como la esperanza y como la bruma de las mañanas tórridas,
allá, encima de todas las montañas,
astrólogo interrogando a las estrellas
y fumando una pipa de barro.
Es su juventud, oh hijo mío,
la juventud eterna del mundo:
metamorfoseada
(tal vez gracias al canto de tus poetas preferidos
que crean para ti una religión
en ese insondable silencio
poblado de columnas y de ríos,
de vivos y de muertos),
ya no es sino la sombra de todo el pasado
y ya no escucha sino este único presente.



Por la poeta Daniella Emiliani los siguientes poemas:

El ángulo muestra las caras detrás del disfraz
Deshace cualquier historia en la pared
Deshace cualquier encantamiento en la obscuridad
El ángulo lo muestra a Él
Mientras tratas de sostener la mirada
Muestra, el agua que cae al amanecer
Y los besos robados a los fantasmas
El ángulo muestra los gritos
La impaciencia y el insomnio
El ángulo es tu realidad



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Soy halcón
Fui hormiga, fui abeja, fui perro
Hoy soy halcón,
dejo caer mis alas al abismo
Cuando sea pavo real
Hare que las huellas de mis plumas te pregunten:
¿qué significas para mí?
En respuesta ante tu desconcierto
Te mostraré como el rio avanza
Sin nosotros

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