domingo, 11 de diciembre de 2011

27 DE NOVIEMBRE


La tarde ha hecho con la luz ovillos de historias, de pasos que se elevan mientras que esperamos con Estela a que lleguen los integrantes del taller. En el entretanto comentamos fragmentos De Manual rápido y fácil para ser poeta de Jaime Jaramillo Escobar y pensamos cómo puede el escritor inventarse nuevos recursos para no caer en las repeticiones, pues quien se levanta a la deriva y sin lecturas por lo general repite. Claro que no se pueden establecer fórmulas, eso ya lo hicieron las vanguardias. Cada quien descubre su secreto en lo que trabaja en el verso, he ahí el genio. Proseguimos el paseo por los campos imaginarios de los versos hasta llegar a la buena poesía erótica, en esos parajes evocamos lo escasa que es. Comparamos a Gioconda Beli y a Nidya Garzón. Nos quedamos con la poeta colombiana por la fuerza sutil de sus imágenes. Concluida la reflexión pasamos al ejercicio que surgió del poema Lo que falta del poeta sueco Karl Vennberg. El ejercicio consistía en que le decían a la gente te regalo un verso para que puedas volar. Con las reacciones recibidas y las emociones que suscitan las respuestas escribieron los poemas que se muestran abajo. Invité a los talleristas a que durante la semana visitaran una iglesia y la recorrieran con la imaginación sintiéndose el humo del incienso. 

Letras empinadas

Este verso que corre por tu prenda
Sabe que el rostro es un albur
De penas sin registro;
Te hala
En su plumaje limpio,
Es la cara de la urdimbre que se posa con el sol;
Te embriaga,
Se bebe tu sed
Y cuece en los ojales
Las orlas de tu nombre;
Te amortaja,
Merodea y hace con tu ira
La piel de otros sueños.
                     Jaime Londoño (Federico Cóndor)

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Les imprimió en su selva
ese espejismo de gaitas,
sombreros y tamboras
a la media noche.
El silencio les ha traído
sombra y luz
les ha mostrado paso a paso
como el fuego se libera en las olas
y como soñar sin necesidad.

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Hoy
miró a su ventana
se dio cuenta que ya era tiempo
se levantó
                        Daniela Emiliani
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Lugares de Paso

Visité muchos templos
Entré a moradas prohibidas
Permanecí algunos ratos
Orando y meditando
Bebí el amor a borbotones
Y a gotas…
He dejado que el dolor me toque
Lo he sentido casi que con caricias...
He reído como una loca
De los otros
Y de mis fascinantes locuras
He tomado el vino de la felicidad
Hasta embriagarme...
Ahora mismo
Camino por esa estancia sabrosa
Donde degusto con ansia
Cada pedazo de vida
Que el destino me brinda en su fugaz banquete
Así estaré segura
De que valió la pena
Pasar por la existencia.

                                       María Stella Higuera

VEINTE DE NOVIEMBRE DE 2011

Un día domingo a las tres y media de la tarde,  Stella Higuera realiza el taller de poesía, afortunadamente casi no hay lluvia, pero si hace frío, un frío que humedece las palabras que cada miembro del taller tiene guardadas en el baúl de su vida. El ejercicio que nos asigna Stella es el siguiente: tenemos que buscar un útero en el parque de Usaquén, tenemos que hacer como si volviéramos a nacer y escribir un poema basado en este ejercicio. Salen poemas muy buenos a partir del ejercicio que Stella nos asignó. El ejercicio es muy creativo y nos permite seguir a la nube sonora de la poesía. Los amigos que estamos  reunidos en esta tarde llena de versos somos: Federico Cóndor, poeta y maestro del taller de poesía de Usaquén, quien lleva muchos años dirigiendo el taller, Mónica Triana, Daniela Emiliani, Stella Higuera y Paola Castaño.
Es un privilegio para nosotros gozar de un espacio que le da paso a la sensibilidad y a la creación poética. Este espacio nos permite expresar en el papel distintos universos que respiran al ser iluminados por la lámpara de los tiempos profundos.

Escrito por: Paola Castaño

Poemas relacionados con el ejercicio:

Vengo de un cuerpo que se infla,
De un túnel que empuja un nuevo retorno.

Vivo en una cápsula oscura,
Me recorro.

Vengo de un cuerpo que empuja,
Me desdoblo.

Vuelvo a ver los ojos de la tierra,
Vuelvo a ver los ojos del demonio.

Vengo de un cuerpo que se infla,
Vengo de un rayo,
Traspaso el fondo.
 Paola Castaño



Señales particulares
 El útero es reconocer
Que llevas bajo los hombros
Las señas del brío:
Prohibido parquear en ambos costados,
No fume lenguas de arena en la cueva,
No prometa la mano que baila
Ni haga ovillos de agua
Cuando se acerque a la fuente.

El útero es verla
Sorbiendo en silencio
El tiempo que pasa
Y la hace murmullo
 Jaime Londoño (Federico Cóndor)

No soy un gigante
Ni un halcón
Soy una luz despojada del atardecer
Una noche sin augurios
Un espejo lleno de esquirlas
Un cien pies caminando en la roca
Un rayo apunto de reconocerse
Un proyecto
Soy un mar despojándose de los océanos.
 
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Levanto la cara
Pongo la mirada fija en sus labios
Noto como en silencio a la sangre le inyectan movimiento
Los espasmos,
Son cada vez mas recurrentes
Mi pelo palpa su piel
La sombra de un olor penetrante alcanza mis oídos
Los ojos se abren y se cierran
Mi garganta seca
Al ver,
empieza a llorar

Daniela Emiliani

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