domingo, 11 de noviembre de 2012


Noviembre 4 de 2012

 Por Daniella Emiliani
Fuimos llegando todos al parque se Usaquén que ya lo están empezando a adornar para navidad.  Llegó Federico, Estelita, José Luis, Paola y Adrián quien iba por primera vez al taller. Adrián, nos compartió unos poemas que escribió sobre su reciente experiencia en la India  y que nos conmovió por su sencillez y profundidad. Luego Paola nos deleito con sus poemas como siempre  y Estelita también nos deleitó pero con el análisis que hizo sobre el poema Hela aquí de Jean Joseph Ravearibelo. José Luis, escribió un poema que nos gusto a todos por su claridad y su sencillez.
 
Después de la lectura del taller, le explicamos a Adrián como funcionaba la dinámica del taller y que ahora lo que íbamos a hacer era oír el poema que Federico había preparado y hacer el ejercicio que se trataba de preguntarle a los postes qué secreto guardaban para cada uno de nosotros.
luego, escribimos y por el frío fuimos a la tienda de Iván para la lectura de los poemas donde cada uno hizo sus aportes para cada poema..


Por Adrián Chavarro

En el lugar de mi amado no hay lugar para tristezas y amarguras, todo es regocijo y gozo.
La luz del sol se opaca con su sonrisa, mis dolores desaparecen. El peso que mi alma lleva en su atadura se aliviana. Mi llanto solo es felicidad. ¿ No es este el paraiso que anhelamos cada día?

Travesuras se ocultan entre baldosas. Miradas esquivas fluyen como hojas. Caminata nocturna...

Tuve todo siendo un mendigo, teniendo nada soy un principe. 
 

 
 Por José Luís Briceño S

Sigilosa te deslizas en la multitud

Nadie nota que vas conmigo

Tus bellas formas no llaman la atención

Sé que me  amas

Ríes y lloras

A nadie le importa

Sabes de mis penas

En las noches no te veo,

Me abrigas

En todos los sonidos está tu voz

Cuando bailamos, todas están celosas

Con los años, estoy seguro no me dejarás

Eres tan leal, que hasta el último instante

Estarás presente.

  

Borrachera
 
Por María Stella Higuera

 
A tus pies deshojo mis secretos

En tu dureza descansa mi debilidad

Te traigo mis falencias

Mis ansias

Mis falacias

Tranquilo y quieto me recibes

Me escuchas tan atento que sigues ahí plantado

Luminoso

Duramente callado

Yo creo que me escuchas

 Me lo creo

Locamente lo creo

Y trato de escuchar

Ese dulce secreto que guardas para mí

Te juro que lo compartiré

No me doy por vencida aun vencida

No me doy por vencida aun vencida

No

No

Vencida venceré

Vencida venceré

Ven…

Seré…

Distraída estoy junto a ese poste todavía.

sábado, 3 de noviembre de 2012


Octubre 28 del 2012

 

Crónica del taller de poesía del domingo en Usaquén

Por: Paola Castaño

El domingo parecía un cuadro de primavera, los árboles del parque se derretían en el tiempo y las sombras parecían relámpagos de voz. El parque cantaba cual campana de lluvia y el sol danzaba con sus ecos de Dios nocturno. Las palabras nadaban en la marea de la tarde, una de ellas se volvió fuerza, se volvió maestra de la claridad del alma, de un lugar en el cual despertaban los sueños.

El poeta y maestro de la voz oculta brillaba en la neblina  de un camino lleno de huellas secretas, sus alas se extendían cual ave de nube derretida, conversaban con la magia en instantes de profunda elevación. El maestro llamado Federico Cóndor, nos ponía a analizar un poema del poeta francés Jean Joseph Ravearibelo  titulado Las tres aves. Teníamos que hacer un ejercicio poético desde el punto de vista del autor. Teníamos que ver como estaban organizadas las estrofas, los versos, la rima, si era asonante o consonante y  teníamos que ver como estaba la musicalidad que es la que le otorgaba color de vuelo al poema. Después,  Federico nos ponía a hacer un ejercicio que consistía en preguntarle a la gente que era un tesoro y escribir un poema con esa temática. Estelita  higuera, la poeta de los astros y de las estrellas, escribió un buen poema teniendo en cuenta esa idea.

Yo escribí el poema siguiente:

Página de luz

Se encuentra en el viento,

se convierte en acordes,

revive la danza del cuerpo.

 

Se destiende su nombre en el sueño,

es lluvia y firmamento.

Es latido secreto,

ruina de mar entero.

 

Un tesoro es vida y reflejo,

esencia  que habita en lo incierto.

Se encuentra en el viento,

en el ojo del silencio,

en todo lo que tiene vida y fuego,

se encuentra,

se encuentra en  la luz,

en  la cima del encuentro.

En el viento la página de luna es cielo.

Paola Castaño

 

Stella Higuera escribió el siguiente comentario al poema de las tres aves:

Me llama la atención la forma en que el poeta elabora un proceso mental que va de lo material a lo sublime. Hay una asociación que se desarrolla en el transcurso del poema y resalta al final el hechizo de la poesía. Mantiene una fuerza todo el tiempo que hace impactante el final y lleva a comprender que la poesía es un ave que hechiza con su canto a la razón, es eterna y tiene el poder de liberar y llevar la paz por donde vuela.

También se consignan sus poemas:

 

Secreto

Preciosa joya

Collar de sentimientos

Herencia ancestral

Belleza pura que se esconde en la madre,

Los hijos, la ternura

Admiración

Contemplación

El mismísimo Dios

Lectura de otra realidad

Sensibilidad en éxtasis

Es todo lo que necesitas

Para hallar tu tesoro.

 

Tesoro

Lo encontré hoy

Sin excavar

Sin apostarle al baloto

En el puro ocio de la vacuidad

En el vacío de la nada

Del verdadero todo

Allí donde está el corazón.

                                      Abril, 2017 Cuanto tiempo.. largas tardes se han ido, esos árboles seguirán ahí? Recuerdo la músi...