Domingo 2 de septiembre de 2012
Por María Stella Higuera
La tarde estaba impregnada de un viento frio. El
pasto nos acogió en su alfombra a Paola,
Mónica, Camilo, Federico y a mí. Cada uno de los participantes, compartió sus
creaciones de la semana y Federico me
propuso que mandara el poema “Te elegí” y
por eso aquí lo traigo:
“EL AMOR CONSISTE EN QUE
DOS SOLEDADES SE PROTEJAN,
SE LIMITEN Y SE REVERENCIEN UNA A OTRA” RILKE
Te elegí
Que no le importe a nadieTe elegí solitario
Vestido de secreto
Cargado de misterio.
Déjame entrar a tu aposento
Subir a los balcones
Entrar a los rincones
Y esconderme allí
Que no me encuentre nadie
Que allí suceda lo inexplicable
Lo inesperado
El todo
La nada
El paraíso
Que no le importe a nadie.
Recordamos luego el poema “Madre” de Ana María Pedreira. Lo leímos varias
veces, cada uno en su propia voz y nos
dejó un sabor desgarrador y amargo y
algo así como una culpa oculta por esto de “ser poetas”.
De esta experiencia surgió en Federico la idea de realizar en el parque el ejercicio de
lanzarle a la gente la pregunta ¿Para qué sirve un poeta?
Y nos dedicamos a vivir esta locura en grupo y sucedió que contrario a lo que pensábamos descubrimos la necesidad y la importancia de
este oficio, el principal de cada uno. Lo declararemos con orgullo cuando por complicidad o por curiosidad nos pregunten qué hacemos.
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