jueves, 31 de mayo de 2012

DOMINGO 20 DE MAYO DE 2012
POR: LUÍS CHAHÍN

Los encuentros místicos suceden, así, valga la redundancia, de una forma mística.
Dicen en los libros que este mencionado tema es maravilloso y que a través de la poesía se pueden encontrar, aprender o concluir cosas respecto de la magia, o como dicen hoy en día los grandes investigadores, la química de las cosas. Creo que ellos están olvidando leer un poco de los antiguos textos sufíes o por qué no, alguna de las grandes recopilaciones que hay sobre la poesía africana de la época de siglo XVI, los Hain-Teny versos libres en su máxima expresión, como aquellas de las sociedades libres que habitan los distintos parajes inhóspitos en tantos lugares del mundo, y que de una u otra forma se resisten a ser colonizados o trasformados en su totalidad.
8 seres fueron los que asistieron al taller del pasado domingo, entre ellos poetas, músicos, ingenieros, artistas, magos, dudosos, y otros de los cuales no puedo dejar testimonio escrito. Yo llegué tarde, pero de camino al punto de encuentro, como una epifanía de lo que venía más adelante, me pregunté ¿de veras irás? ¿para qué sirve la poesía? Y bueno, encontré mi respuesta, que fue tan sencilla como querer volver a ver a mis viejos amigos del taller y a mi maestro. Para eso sirve la poesía, para evitar olvidar algunas cosas realmente importantes, para la supervivencia del ser en el cuerpo.
Transitamos el tiempo, con lecturas o aportes poéticos de todos cuantos habíamos asistido, y a los que se les hicieron las observaciones pertinentes, como salir de clichés, levantar la voz, vocalizar, búsqueda de sinónimos para realzar el poema entre otros. La música también tuvo su espacio, así como los sonidos de la vida cotidiana, y todos dejamos los cuerpos por un instante manejado de manera magistral por Moni, lapso que estuvo lleno de sorpresas y sobresaltos durante la meditación zen sourround que mencionó fede, y que yo me atrevo a llamar en este instante zenrround... Cuando el pentagrama de todos los sonidos, la música inclusive, llegaron al final del silencio puro, lo cotidiano se vio roto por risas y juegos; pero, sobre todo, por las síntesis de los sonidos a través de metáforas poéticas de la mano de todos los asistentes al taller. El final no pudo ser más feliz, se presagiaba desde el principio que un día, un astroide, erosionaría la vida.

Se seleccionaron los siguientes poemas:

BRONQUITIS
                                      Por: Federico Cóndor
 Bajo una luz imaginaria dos fieras se baten,
Se buscan y se lanzan rugidos y garras.
A veces merodean las huellas
O trepan por los alveolos
Para saciar su sed con el aire que raja.
La batalla se prolonga por días y noches.
Como un cielo que presagia
El relámpago de la tos apacigua su furia,
Entonces son dos felinos
Que ronronean acariciados por la brisa.
Aburridos por la tregua, reanudan su lucha,
Trepan a tumbos por la garganta
Se golpean contra la cuerdas
Frente a la muchedumbre de virus
Que aplauden y gritan.
No vale campana, jarabe o referí,
ni siquiera el antibiótico los separa.
Mi sueño febril desea un empate.


NOSTALGIA
                                     Por: Federico Cóndor
El cerezo canta,
Su melodía transporta el aroma



                                   Por: Paola Castaño
Tambores viajan por caminos
De lluvia milagrosa.
Se desnudan en sueños,
En aves de calor.
Traspasan los hilos del instante,
Ráfagas de voz.
Despiertan el licor dormido,
Colores de dolor.
Respiran en el fondo del recuerdo,
En el fondo del telón.
Se revuelven con las teclas del alma,
Con raíces de sol.
Inventan la dimensión del habla,
Rayos de temor.
Navegan en el papel del agua,
Ríos de pasión.
Se derraman en la esencia del silencio,
Son pálpitos de Dios.
Duermen en palabras de sonidos,
Vuelan sujetas al temblor.
Son vinos de la noche,
Fogata que desata olor.
Tambores,
Tambores en el aire.
Tambores,
Astros en erosión.


ARMONÍA
                                     Por: María Stella Higuera
Sonidos que cabalgan en arrecifes
Detienen las estrellas
Mi emoción aflora recostada en ensueños
Ensimismada retrocedo en el tiempo
Y pienso
Que la música es melodía de agua
Que Corre libre por las vertientes
Filtra los ruidos
Purifica el aire
Nos pone a tono con la existencia
Y en los escollos de los lamentos
Fluyen  corrientes de sanación.

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