Crónica del 18 de enero de 2015
Por Jaime Londoño
Destellos
Entre la
tierra
y el cielo
la lluvia,
nadie más
escribe
espejo.
Cerrado el
círculo, bajo un sol que cabeceaba nos sentamos a labrar el frío en el poema.
Estela compartió con nosotros unos versos que había escrito en “Los Volcanes”.
Al parecer erar frases, anotaciones sueltas. No estaba convencida de lo que
había traído al taller. No obstante con algunos ajustes se logró el poema que
aparece abajo. Lo mismo aconteció Con Blanquita y con Paola. Luego de realizar
un trabajo de casi tres horas sobre los escritos, podrán hallar el resultado
más abajo. Antes de realizar el ejercicio analizamos un pequeño ensayo sobre la
realidad y el irracionalismo poético escrito por Bousoño. La brisa se empecinó
en bajar con gotas desde la montaña, gotas menudas que horadaban como picas de
hielo. Antes de que arreciera, invité a que con hojas secas escribieran el
primer verso del poema. Cada hoja una letra que debían sentir como algo propio.
El tiempo y el espacio se conjugaron con tal gracia que nos tuvimos que
instalar en la tienda de Iván, un amigo pintor que nos presta su lugar cuando
nos toca huir del clima. Allí nos ovillamos y compartimos la experiencia. Aquí
podrán ver los poemas que se lograron mediante el desorden de los sentidos. Antes de despedirnos les pedí que durante toda
la semana mantuvieran una servilleta en la mano contraria a la que escriben y
que se repitieran cada vez que se acordaran: Yo estoy aquí, sintiéndome,
siendo. El domingo vamos a hablar de la experiencia y de los poemas que
surgieron.
RITMOS DE POEMA
Por María Stella
Higuera
1.
Aquí estoy
Recibo un regalo
Mis ojos se recrean
en la obra majestuosa
De la montaña brota
la fuente
Se expresa con
cálidos toques
Con frescas
corrientes que sanan mi cuerpo
Hoy se viste de
verde el día
Es un verde de alta
montaña
Aquí junto a mi
madre recreo los ojos
Ella le dice al día:
“estoy feliz y
encantada de la vida,
Me siento premiada
sin merecerlo”
En su alborozo mece
la tristeza
Se columpia en
alegría
Ensueño de verde
Tiñe de clorofila la
vida
Aquí la luz es verde
Verde entraña de la
tierra.
2.
Mi madre ama el
calor
Ella piensa que es
bueno para el alma
Aquí nos atardece en
ensoñación
En los volcanes
La montaña revela
sus encantos
De aguas cálidas y
corrientes frías
Aquí entre árboles
gigantes
De rico verdor
Se nos aparece Dios.
3.
Hemos organizado una
terraza de amor
Para contemplar la
gloria
Hallamos un pedazo
de cielo
Las fuentes han sido
generosas.
HOJAS
Por María Stella
Higuera
Secas, verdes
Rotas como las
medias veladas
Como la muerte
En el recuerdo se
juntan
Como las almas.
HOJAS SECAS
Por María Stella
Higuera
Palparlas
Escuchar sus
secretos
Vivir el gozo de sus
dolores
Sentir su caída
Yacen
Savia sabiduría
MANO
DESIERTA RUEGA EN EL ABISMO
Por
Paola Castaño
Bajo el silencio,
un monje grita sus plegarias.
La pared se desvanece con el beso,
enciende un nuevo cielo.
Sal de todos los colores
infecta las ruinas del universo.
La luz navega por aguas oscuras,
sin palabras,
sin vida.
La cruz devora el alma soñadora,
la mano desierta se arrastra,
el paso avanza y sangra.
El abismo ciego tiembla.
Por Blanquita
García:
1.
Estoy cómodamente feliz
Mi ser digiere lentamente la nada
Regreso a mi lugar
Hago un examen de conciencia sobre el pasado
Allí encuentro tiempo salpicado de nostalgias
Indigente de ecos y memorias.
2.
Esto está caliente
A veces me pregunto quién soy
A dónde marcho
Llevo el corazón estrujado a las espaldas
Una angustia se acumula en mi pecho
Con una amplia sonrisa
Exclamó el hombre de la calle.
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