jueves, 10 de abril de 2014

Crónica del domingo 17 de marzo

Por Paola Castaño
El parque se vestía de luces, mientras tanto las aves de la poesía cantaban y danzaban al ritmo del tambor.
Éramos cuatro los poetas que asistimos al taller, el maestro nos otorgó de manera bondadosa sus versos colmados de luz y de emoción. Los poetas que asistimos a este encuentro con le diosa de los versos desnudos éramos: Estelita, la maga de las estrellas, José Luis el guitarrista de la eternidad, Paola la poeta que canta en el desierto y Federico el creador de palabras iluminadas.
El maestro nos asignó un ejercicio que consistía en decirle a una vitrina del centro comercial Hacienda Santa Bárbara que nos regale un poema. Los versos que crecieron y se multiplicaron a partir de ese ejercicio, se convirtieron en versos mágicos y originales.  Dejaron huellas profundas  en todos los caminos de agua que encienden la voz  poderosa del parque.

VENTANA DE MAR
Te veo una tarde
llena de lluvia sumergida,
tus ojos traspasan las palabras,
los suspiros vuelan.
Quisiera estar dentro de ti,
en el rio de tu amor
que me mira desde lejos.
Navegar en tus pensamientos,
en ese lugar cercano que me incendia.
Te veo,
La lluvia recorre,
tu sonrisa desnuda.
Te veo,
te quedas en la imagen del silencio.
En el fondo de la esencia
te contemplo.
Siempre te espero,
transparente,
vestida de mar.

Paola Castaño

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