CRONICA DEL
DOMINGO NUEVE DE FEBRERO DEL AÑO 2014
Hace mucho
tiempo que no iba al parque de Usaquén, mi poesía estaba escondida detrás de un
árbol oscuro. Me acordaba del sonido del agua,
del canto de
las aves y de la danza del viento que recorría el horizonte lleno de luz y
sabiduría. Al llegar al lugar, me encontré con mis amigos poetas,
se
encontraba Federico, mi maestro de poesía quien teje
versos de aire
con pinturas
de cristal. También se encontraba Estelita con su alegría, sus
palabras
sonoras se acercaban a la verdad. José
Luis habló acerca de acertijos llenos de risa, cercanía y distancia. Estaba la
mamá de Estelita con su inmensa ternura, no cargaba versos en su equipaje, pero
si construía
silencios
con sus alas blancas. En el taller de poesía el maestro nos dijo a cada uno de
nosotros que leyéramos los poemas que habíamos escrito durante la semana. Todos
los poemas estaban muy buenos, yo leí uno titulado letras abiertas, a todos les
gustó mi poema. Eran las cinco de la tarde, en ese instante el maestro nos leyó
un poema del poeta a Africano Zégua Nokan, y nos leyó su biografía. Después nos
puso un ejercicio, consistía en preguntarle a la gente, que puedo hacer para
volar, a partir de ese ejercicio tuvimos que construir poemas nuevos. Al final
de la tarde, nos fuimos a la tienda de Ivan
el travieso para tomar un café caliente, una aromática o una bebida que
nos permitiera soñare imaginar que vivimos en un mundo diferente lleno de
colores y de sabores intensos.Después llegó la despedida, todos nos fuimos
contentos, sabíamos que la fantasía estaba dentro de cada uno, en cada silencio
o que sonaba como una guitarra en la cima de la senda que siempre está
encendida.
Escrito por
: Paola Castaño
Y volaron los siguientes poemas:
LETRAS ABIERTAS
Las mujeres
que escriben son peligrosas,
al asomarse
al espejo, a la piel blanca que habita en la distancia.
Son
peligrosas,
no creen en
rosas,
ni en
árboles que se estiran
hasta llegar
al sueño.
Creen en
charcos de polvo,
en las ausencias,
en ojos de
temblor.
Sienten el
ruido de seres
que
andan por rincones espinados.
Miran hacia
el frente,
farol moribundo que se desnuda.
Las mujeres
que escriben son peligrosas,
deshojan
secretos,
no ven la
belleza de afuera,
solo ven la
vida dentro del viento,
en la copa
eterna de la noche.
Paola
Castaño
Por José Luís Briceño
Perdido en la arídez de los silencios
perenne como el tiempo
fuente que germina
destellos a la vida
codiciada aureola
incólume plantado
espera al caminante
para saciarlo
quien luego lo desprecia.
Por María Stella Higuera
Alas mágicas emanan de su ser
a veces es mariposa
otras imaginación
recorre la bóveda de la soledad
hasta la cumbre de su interior
la muerte no cortará sus alas
su cuerpo astral
seguirá volando por la eternidad.
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