sábado, 29 de enero de 2011

Primer Taller del 2011

En medio de la música
De nuevo las gaitas y los tambores festejaban el inicio de la tarde a la espera de una moneda para sobrevivir la semana. Nuevos y antiguos visitantes del parque se aglomeraban en torno a la banda que no cesaba de animar. En el atrio los cuenteros oficiaban en tonos más altos para contrarrestar el bullerengue. Entretanto, en uno de los prados que los perros han dejado sin tocar me senté a esperar a los talleristas. Cuando ya estuvimos reunidos le pedí a cada uno que leyera alguno de sus escritos durante la semana. Sólo Daniela y Cecilia trajeron textos en los que se podía descubrir los bellos tintes de lo poético. Al finalizar los comentarios, les compartí Por qué tenemos que llevar siempre del poeta sueco Karl Vennberg, nacido en Estocolmo en 1910 y que pertenece a la generación de los años 40. A partir de ese poema, que se trascribe en este blog, les propuse el siguiente ejercicio: Van a decirle a la gente voy de viaje hacia el interior mío, ¿qué me sugieren que lleve? Las respuestas a la preguntas fueron tan sorprendentes que motivaron la escritura. Lo que me llevó a pensar que hay dos clases de vías que conducen a la sensibilidad: la intelectual suscitada por las lecturas ociosas de diferentes libros, y la física que es la adquirida a través de la experiencia cotidiana. Y reafirmo lo anterior con lo que dijo Eliot: Las revoluciones poéticas se hacen con la experiencia cotidiana.  De los resultados obtenidos recuerdo mucho el de Mafe, una niña de doce años que nos acompaña, siempre que la policía no retire a su madre del puesto de artesanías que tiene en el andén. Pronto adjuntaré a esta crónica los poemas que fueron escogidos como los mejores de la sesión.
Federico Cóndor



No hay comentarios:

Publicar un comentario

                                      Abril, 2017 Cuanto tiempo.. largas tardes se han ido, esos árboles seguirán ahí? Recuerdo la músi...