Crónica del domingo 17 de marzo
Por Paola Castaño
El parque se vestía de luces, mientras tanto las aves
de la poesía cantaban y danzaban al ritmo del tambor.
Éramos cuatro los poetas que asistimos al taller, el
maestro nos otorgó de manera bondadosa sus versos colmados de luz y de emoción.
Los poetas que asistimos a este encuentro con le diosa de los versos desnudos
éramos: Estelita, la maga de las estrellas, José Luis el guitarrista de la
eternidad, Paola la poeta que canta en el desierto y Federico el creador de
palabras iluminadas.
El maestro nos asignó un ejercicio que consistía en
decirle a una vitrina del centro comercial Hacienda Santa Bárbara que nos
regale un poema. Los versos que crecieron y se multiplicaron a partir de ese
ejercicio, se convirtieron en versos mágicos y originales. Dejaron huellas profundas en todos los caminos de agua que encienden la
voz poderosa del parque.
VENTANA
DE MAR
Te veo una tarde
llena de lluvia sumergida,
tus ojos traspasan las palabras,
los suspiros vuelan.
Quisiera estar dentro de ti,
en el rio de tu amor
que me mira desde lejos.
Navegar en tus pensamientos,
en ese lugar cercano que me incendia.
Te veo,
La lluvia recorre,
tu sonrisa desnuda.
Te veo,
te quedas en la imagen del silencio.
En el fondo de la esencia
te contemplo.
Siempre te espero,
transparente,
vestida de mar.
Paola Castaño