Crónica de julio 7 de 2013
Crónica de un saxo
Por Jaime Londoño
Soy la voz del saxo. Como el ronroneo de un gato me deslizo
entre los pies de las personas que pasan por las calles que rodean el parque de
Usaquén. En una de las esquinas el guitarrista de jazz repite canciones. Una y
otra vez salen de sus cuerdas Duke, Charlie y Dylan. A veces descansa con algo
de The Doors. Para huir de esa monotonía subo al lado de la sombra que se
alarga por el centro del parque. El sonido del viento entre los urapanes,
nogales y cedros diluyen esos ritmos pegajosos. Algunas personas no se percatan
que soy la voz del saxo y que me deslizo a tientas sobre los adoquines. Bajo el
amparo de un árbol me siento al lado de Mafe, Paola, Daniela y Juaquín. Como
llegué un poco tarde me perdí la lectura de los poemas que escribieron durante
la semana. Aún más lamento el desplume, durante el intercambio de sugerencias
se aprende. Federico escogió para hoy al poeta Viarago Diop nacido en Dakar,
actual Senegal, en 1906. Les entrega una biografía que le ha ayudado a traducir
una amiga fotógrafa. Ha dividido el poema en fragmentos y explica cada uno de
ellos con lo que se dilucida el sentido oculto del poema titulado Díptico. Más
abajo lo podrán ver. A Juaquín le ha dado pena jugar con los desconocidos, por
lo que no hace el ejercicio que propuso Federico. Tras una hora de ejercicio
surge el poema que traen para ser desplumado. Muy buenas estuvieron las
sugerencias de Daniella y Juaquín. A continuación del poema de Diop podrán leer
el resultado final, los escritos corregidos que presentaron los talleristas.
Como ya van a dar las 6 me toca volver a la boca del saxo para que el músico
pueda seguir recogiendo monedas y billetes.
Por: Viarago Diop
Díptico
El sol colgado de un hilo
en el fondo de la calabaza
teñida de índigo,
hace hervir la olla del día.
Asustada por la proximidad
de las Hijas del Fuego
la sombra se esconde
al pie de las estacas.
La sabana es clara y cruda,
todo es terso, formas y colores.
Pero en los silencios angustiosos
hechos rumores,
de ruidos ínfimos,
ni sordos ni agudos,
surge un misterio denso,
un misterio sordo y sin contornos
que nos rodea y nos asusta.
El taparrabo oscuro
claveteado con clavos de fuego
tendido sobre la tierra
cubre el lecho de la noche.
El perro aúlla, el caballo relincha,
el hombre se echa en el fondo de su choza.
La sabana es sombría,
todo es negro, formas y colores.
Pero en los silencios angustiosos
hechos rumores
los senderos intrincados del misterio
se aclaran lentamente
para los que se fueron
y para los que han vuelto.
Por: Daniella Emiliani
En ocasiones
La muerte nos ronda de cerca
Mira, observa,
Y se lleva a alguien.
Hay otras,
En las que nos muestra su gran misericordia
Enviado a la Santa Muerte a visitarnos.
Hay ocasiones,
En que la vemos fijamente a los ojos,
Nos damos cuenta que nuestro momento se acerca.
Por: Paola Castaño
Concierto en blanco y negro
El sol persigue la sombra
que se descubre en las alas.
En cantos de arena y despertar.
La luna rodea
la estrella que se agobia,
el telón encuentra su lugar.
Sol y luna trazan la historia,
buscan la nube para llegar.
El sol abre la puerta del aire,
sueña, sueña, sueña
junto al mar.
La luna desnuda la noche,
persigue el rugido,
el instante oscuro
en el miedo,
furia y libertad.