viernes, 11 de marzo de 2011

Como una especie de regla atrasada


Febrero de 2011

Sólo recuerdo que, en medio de una calle de Usaquén, llena de artesanos nos detuvimos a hacer una rueda.  La pregunta del profesor de poesía: ¿Cómo puedo volar? Me suena un poco cursi. Tal vez la misión poética de ese día era: pregúntale a la gente qué se necesita para volar sobre un tejado. Si. Así de absurdo. Debemos cada domingo enfrentar a la gente con una pregunta que, muchas veces nos hace sentir estúpidos. Pero créanme que lo más impresionante es ver las respuestas de la gente.
-A qué altura planeas.    - Mira los gatos.      -Tendrías que dejar la gravedad.     -Este cuerpo no te serviría.-
Lo curioso de hacer estos ejercicios es ver cómo nos acercamos a la gente, vemos el brillo de sus ojos y nos regalan algo tan sencillo y sincero. Muchas de las mejores respuestas son las de los policías que, tratan de pensar en una buena respuesta. Así es que, una vez roto prejuicios, vencido el miedo de acercarse, y con las respuestas de la gente, en esa callecita de Usaquén, decidimos acercarnos y preguntarnos entre nosotras, las escritoras: Luza, Stella, Blanquita, Zulma, Cecilia y yo. ¿Qué se necesita para volar sobre un tejado?. Luza comienza con algo así como: dejo que el canto del viento me guíe y entre por entre mis manos. Es mi alma la que emprende el vuelo. Entonces decidimos hacer una rueda en donde nos escuchamos para que la siguiente diga su sentir. Vale aclarar que también nos interrumpimos, entonces decidimos hacer una nueva ronda. Y de ella sale un poema con versos distintos: la conferencia de los pájaros. Como el título del libro de un poeta francés.
Todos los domingos una locura, una forma de que la gente nos de energía y así la podemos amasar unos versos. Si no cree, venga y lo comprueba.

Mónica Triana

A continuación el poema fruto de aquella ronda.

lunes, 7 de marzo de 2011

Idiomático

Domingo 06 de marzo de 2011

Durante el trascurso de la segunda mitad de una tarde dominical, la primera del invierno tropical inicial de este año, Federico Cóndor y sus oyentes nos reunimos en el parque de Usaquén para asistir a su taller de poesía: Creo que fui el primero en llegar, revisé el parque de arriba abajo y no encontré a nadie, prendí un cigarrillo que luego de unas bocanadas, me sustrajo con cosas maravillosas inspiradas por la ambientación del lugar. Luego de revisar pacientemente los alrededores, creí divisar a Federico y a dos mujeres sentadas en el césped, me di tiempo de acabar mi cigarro antes de unírmeles, y no sin antes imaginar un poco lo que debía decirles, me acerque ante el eclipse de mi primera vez en el taller. Esperamos un rato e inmersos entre pálpitos entusiastas, comenzamos a compartir nuestros escritos pero la lluvia toco nuestra poesía, así que elegimos refugiarla bajo el tejar de una casa adyacente… y poco a poco se sumaron algunas otras personas para asistir a la jornada, Federico nos obsequió velas de colores, que encendimos mientras él nos leía tienes que defender tu vida poema escrito en 1949 por Fiskefard.

Gestionados para escribir sobre aquellos rincones obscuros de la vida a los que atendemos frecuentemente con la luz de la meditación, rasgamos algunos versos de nuestro mundo para disponerlos en el papel, el estimulo fue fácil de entender pero algo duro de aplicar, al socializar nuestras creaciones, la conversación emprendió su viaje a veces sobre lo estético, a veces sobre lo fantástico, Federico nos habló sobre su teoría de los espacios vacios, teoría que insta al lector a imaginar a través de los símbolos el mágico equilibrio que llena nuestras vidas. Al final cuando la luz se ocultaba y nos dejaba en la media luz de la tarde pretendimos un límite a nuestro evento, seguros de que con el, antes que acabar el ejercicio de la poesía nos colmábamos de libertad para seguir amando el presente a través de nuestros escritos y a quienes encuentran en ellos el deleite espiritual.

-DVIL-




Compartimos los poemas escogidos


Semilla de luz
                                                                  
  “…mientras más profunda  es la herida más privado es el dolor…”
                                                                                                                                          Isabel Allende
1.
Ese dolor
se vuelve polvo de estrellas
los ángeles vigilantes lo palpan
lo toman, lo entienden
lo sumergen lentamente
en la profunda herida
en privado
la soledad lo acuna
el silencio lo hace germinar
toma otra forma
renace convertido en luz.


2.
En lo más hondo del dolor
en el abismo
hay un arma
una fuerza que destruye el temor
la luminaria con su tenue candil
llega el momento
de salir del abismo
de la olla
ese es el momento y nada más
defiéndelo, es un instante
aprovéchalo, es una decisión
este momento puede ser que no vuelva
es el límite
el punto
la partida del descenso o del ascenso
de la llama que sigue ardiendo
o… que se apaga
Es el poder arrasador del fuego
Invisible
Invencible.
MARÍA STELLA HIGUERA
Marzo 6 de 2011

domingo, 6 de marzo de 2011

Crónica del taller de poesía del domingo 27 de febrero en el parque de Usaquén

En el taller de poesía que dirige cada domingo a las tres de la tarde el poeta Federico Cóndor hicimos un ejercicio muy interesante que consistía en rodear la estatua de Simón Bolívar, el libertador que está ubicada en el parque de Usaquén. El ejercicio era interesante pues teníamos que hacer un movimiento circular y pronunciar en un punto del círculo la palabra poeta. El domingo éramos tres los participantes, estábamos muy concentrados en el poder de la palabra, en la fuerza de la creación poética.

Yo me concentré en el hecho de encontrar el vuelo, de sentir la magia de su corriente. Escogí el vuelo por que me gusta elevarme en páginas de agua,me gusta abrir las alas de mi espacio y revivir la magia de un poema.
Cambiando de tema, la estatua de Simón Bolívar encierra mucha historia, por esta razón cada uno de los participantes nos deteníamos mucho en la información que la estatua nos  proporcionaba en cada paso, en cada golpe de luz.

Paola Castaño


Poema del taller de poesía del domingo 27 de febrero


El círculo vuela
en una calle de hojas,
en una calle que despierta nuevos ojos.

Vuela en la espera,
en una lámpara que enciende otro punto.

En el fondo de un sueño claro,
vuela en la sombra de un poema
que desconoce el timbre de su cuerpo.
PAOLA CASTAÑO

                                      Abril, 2017 Cuanto tiempo.. largas tardes se han ido, esos árboles seguirán ahí? Recuerdo la músi...